Cuaresma

«Tiempo favorable para la renovación personal»

Con la celebración del «Miércoles de Ceniza», la Iglesia Católica inicia el tiempo litúrgico de la Cuaresma.
Durante cuarenta días recorremos un camino de conversión personal que se traduce en un tiempo de preparación para celebrar la Pascua del Señor. Su muerte y resurrección nos revela el Misterio de la Salvación.


Eso, dice el Papa Francisco, «un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria» exhortándonos a detenernos en la Carta de San Pablo a los Gálatas (capítulo 6) para que cada uno examinemos nuestra propia conducta, y no nos cansemos «de hacer el bien porque la cosecha llegará a su tiempo».

Hay una invitación que nace del corazón de Dios, que con los brazos abiertos y los ojos llenos de nostalgia nos suplica:
«Vuélvanse a mí de todo corazón» (Jl 2,12). Vuélvanse a mí. La Cuaresma es un viaje de regreso a Dios. Cuántas veces, ocupados o indiferentes, le hemos dicho: “Señor, volveré a Ti después, espera… Hoy no puedo, pero mañana empezaré a rezar y a hacer algo por los demás”. Y así un día después de otro. Ahora Dios llama a nuestro corazón. En la vida tendremos siempre cosas que hacer y tendremos excusas para dar, pero, hermanos y hermanas, hoy es el tiempo de regresar a Dios. La Cuaresma es el tiempo para verificar las sendas que estamos recorriendo para redescubrir el vínculo fundamental con Dios, del que depende todo. El centro de la Cuaresma es discernir hacia dónde es orientado el corazón. El viaje de la Cuaresma es un éxodo, es un éxodo de la esclavitud a la libertad. La ceniza sobre la cabeza nos recuerda que somos polvo y al polvo volveremos. Pero sobre este polvo nuestro Dios ha infundido su Espíritu de vida. Hermanos y hermanas: Nuestro viaje de regreso a Dios es posible sólo porque antes se produjo su viaje de ida hacia nosotros. De otro modo no habría sido posible. Antes que nosotros fuéramos hacia Él, Él descendió hacia nosotros. Nos ha precedido, ha venido a nuestro encuentro.

Miércoles de Ceniza: origen, significado, por qué se celebra hoy y cuándo  comienza la cuaresma | Marca
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65 Años de Servicio a los pobres.

Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón.

Cáritas Diocesana es el organismo oficial de la Iglesia en la Diocesis de Segorbe Castellón para servir a la acción caritativa y social de la Iglesia, expresando el amor preferencial de Dios por los más pobres, y el próximo 26 de febrero celebrará 65 años de vida.

El origen de Cáritas Diocesana está en la Diócesis de Segorbe, siendo un Secretariado de Caridad comarcal en las zonas del Palancia y del Mijares para cubrir las necesidades que no estaban atendidas, y que intentaba coordinar la acción de las Conferencias de S. Vicente de Paúl y Acción Católica.

Las acciones del citado Secretariado fueron la «atención de casos», con distribución de ropa, colchones, alimentos…, la «Distribución de la Ayuda Social Americana» y la «ayuda en casos de catástrofes». El 26 de febrero de 1957 se crea Cáritas Diocesana de Segorbe, cuyo primer Director Diocesano fue D. Manuel Sebastián Vilache. Con su creación se inicia la formación de
personas, tanto doctrinal como técnica, para la realización de la Acción Social de Cáritas: colonias infantiles, centro social en Montanejos, estudio de las zonas del Palancia y el Mijares.
El 31 de mayo de 1960 se crea la nueva Diócesis de Segorbe-Castellón, que junto al Concilio Vaticano II y a la Instrucción Pastoral de D. José Pont y Gol, suponen un cambio de mentalidad importante, en que, sin dejar de atender actividades meramente asistenciales, se desarrolla progresivamente la promoción social. Desde entonces han transcurrido 65 años en los que Cáritas ha
podido realizar la «Comunicación Cristiana de Bienes» en todos los puntos de la Diócesis, demostrando su compromiso con la sociedad a medida que han surgido las necesidades. El organismo sigue saliendo y recorriendo los caminos, dispuesto a ponerse en el lugar del pobre y juntos, desde su marginación, ayudarle a salir de ella.

Los fines principales que persiguen son dos: expresar la solicitud de la Iglesia por los necesitados y favorecer la fraternidad humana a fin de que se muestre, por medio de la caridad, tanto espiritual como temporal, con obras y palabras, el amor de Cristo; y colaborar con las Cáritas Parroquiales, Interparroquiales y Arciprestales en el estímulo a los fieles cristianos a dar testimonio de la caridad evangélica como partícipes de la misma misión de
la Iglesia, y sostenerlos en este empeño.

El voluntariado de Cáritas en la Diócesis está constituido por 1.035 personas, elementos esenciales de la identidad para desarrollar la acción social de la entidad. Su trabajo implica realizar un servicio desinteresado, libre, gratuito y responsable en beneficio de la comunidad. Una labor en la que la persona es el centro de la actuación, sobre todo con aquellas que viven en situación de pobreza y exclusión social.
Los voluntarios son el principal activo, la columna vertebral, que tiene la institución que da gratis lo que recibe gratis: el amor.

El Papa Francisco: «Cáritas es, en todo el mundo, la mano amorosa de la Iglesia en todo el mundo para los pobres y los más vulnerables, en quienes Cristo está presente por ello os animo a continuar vuestro servicio con humildad y creatividad, para llegar a los más marginados y fomentar el desarrollo integral como antídoto a la cultura del despilfarro y la indiferencia. Cáritas es jovencita, Necesita crecer y hacerse más fuerte. Os invito a
continuar vuestro servicio con humildad y creatividad, para llegar a los más marginados y fomentar el desarrollo integral como antídoto a la cultura del descarte y de la indiferencia. En particular, animo a su campaña global “Juntos”, basada en la fuerza de las comunidades para promover el cuidado de la creación y de los pobres.
Las heridas inflingidas a nuestra casa común afectan dramáticamente a los últimos, pero las comunidades pueden contribuir a la necesaria conversión ecológica. Por eso invito a unirse a la campaña de Caritas Internationalis. Os animo a seguir con vuestra labor de racionalizar la organización para que el dinero no vaya a las organizaciones sino a los pobres».

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CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE DOMINGO 13 DE FEBRERO

<<Nuestra indiferencia los condena al olvido >>

La campaña de este año se realiza bajo el lema: “Nuestra indiferencia los condena al olvido”. Pretende despertarnos ante el mal de la indiferencia que está en la causa de que las diferencias entre los países se hayan incrementado tras la pandemia.

La tarea que nos planteamos es evitar que el muro de la indiferencia y la desigualdad condenen al olvido a más de mil millones de personas empobrecidas y hambrientas ante las que nunca debemos volver la espalda. No podemos permanecer impasibles ante la desigualdad que condena al olvido y a la marginación a mujeres, niños, ancianos, personas con discapacidad, minorías étnicas… que representan a los “desheredados” de la tierra.

Nuestro mundo se vio golpeado hace casi dos años por la pandemia de la COVID-19, que ha cambiado la realidad que nos toca vivir. El coronavirus no solo ha puesto al mundo en jaque en cuanto a salud se refiere, sino que ha agravado la desigualdad y el número de personas con hambre aguda en el planeta. 

La actual crisis social y sanitaria, que ha venido a sumarse de manera catastrófica a la crisis económica y medioambiental, que ya convertía la vida de millones de personas en un desafío casi insalvable, empujará a otros 500 millones de personas a la pobreza. Y, si no hacemos algo urgente, el hambre podría alcanzar a más de mil millones de personas en los próximos años.

Pero, por desgracia, estas cifras esconden rostros de seres humanos que no tenemos tiempo ni de mirar ni de tener presentes. Vivimos en una sociedad marcada por el individualismo en la que la desigualdad nos parece algo normal. Y con nuestros comportamientos y actitudes condenamos y marginamos a millones de seres humanos.

No podemos seguir ignorando la dura realidad que viven millones de personas en el mundo que, cada día, se están volviendo más invisibles y más olvidados a causa de nuestra indiferencia. No querer ver la desigualdad hará invisibles a las personas más pobres del planeta.

Con el lema “Nuestra indiferencia los condena al olvido”, queremos alzar la voz ante la creciente indiferencia que se está instaurando en nuestro mundo, pues constituye uno de los mayores desafíos de nuestra Institución y queremos denunciarlo en esta Campaña. Queremos despertar conciencias anestesiadas para que nadie se quede atrás, porque no es posible construir un mundo diferente con gente indiferente. 

Si no reaccionamos, sin nuestra mirada, atención y apoyo, los más pobres del planeta serán olvidados y se harán invisibles. Que la pobreza y el hambre no sean invisibles depende de ti.

¡Actúa!

Manos Unidas lanza su Campaña 63 | ONG Manos Unidas

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